Si buscas una bolsa que mantenga tus cosas a salvo de la humedad en cualquier aventura al aire libre, la KYG de 10L o 20L es una opción sólida. Lo que más me gusta es su diseño enrollable con doble solapamiento, que sella todo de manera efectiva. No solo resiste el agua, sino que también repele nieve, arena y hasta el vaho, y aguanta bien bajo lluvia intensa. Así que, pase lo que pase, lo que metes dentro sale seco.
En cuanto a tamaño, tienes flexibilidad: elige entre 10 o 20 litros según lo que necesites cargar, y viene en varios colores para que combine con tu equipo. Cabe ropa, toallas, algo de dinero o el móvil sin problema. Por otro lado, las correas ajustables y desmontables la convierten en una mochila práctica para llevar a cuestas, y las dos que incluyen de serie son un plus que facilita las cosas en salidas largas.
Una de las características que marcan la diferencia es la funda impermeable para el teléfono que trae incluida. Ajusta para móviles de hasta 7,2 pulgadas en diagonal, cubriendo la mayoría de los smartphones grandes. Tanto la parte frontal como la trasera son transparentes, lo que permite sacar fotos sin sacarlo de la funda, y responde al tacto de inmediato, sin lags molestos.
Esta bolsa va más allá de lo básico; la uso en un montón de actividades, desde playa y senderismo hasta esquí o rafting. Funciona genial en deportes acuáticos como kayak o natación, y en ciclismo o paseos en moto por si llueve. Además, en camping o pesca, sirve como cubo improvisado. Es ligera, no pesa nada en la espalda, y se adapta a casi cualquier plan de descanso o acción en la naturaleza.
Usarla es pan comido: metes tus pertenencias, enrollas la parte superior tres o cinco veces para que quede bien apretado, cierras la hebilla y listo. El sellado es rápido y seguro. Para limpiarla, solo pasa un cepillo con jabón si hay suciedad, enjuaga con agua y déjala secar al aire en un sitio fresco. Su superficie lisa hace que sea un proceso sencillo, sin complicaciones.
